Salir a caminar sin móvil es un lujo barato. Treinta minutos bastan para bajar el volumen y volver con algo que poner sobre la mesa: tres hallazgos, una frase ajena robada al vuelo y un mapa torpe dibujado a mano….
Un buen plan semanal no necesita un software complejo ni 20 columnas de Excel. Necesita un tema claro, tres piezas sencillas (blog, redes y, si tienes, newsletter) y una forma amable de prepararlo todo en menos de una hora. Este…
Las notificaciones no son malas; solo son demasiadas y llegan a destiempo. El objetivo no es vivir en una cueva, sino lograr que el móvil te avise cuando conviene y de lo importante. En media hora puedes pasar de “me…
Contar tu día no necesita épica ni números grandes. Cada jornada trae una escena, un pequeño deseo, una piedrecita en el camino y una decisión. Con eso basta para construir una historia que se deja leer. El secreto no está…
Hay días (o temporadas) en que leer no apetece. La vista se resbala, el móvil gana por goleada y los libros parecen muebles. No necesitas fuerza de voluntad heroica ni una lista de “clásicos imprescindibles”. Necesitas un reinicio suave: bajar…
Septiembre empieza como una libreta nueva: cruje al abrir y da un poco de miedo manchar la primera página. No hace falta mudarte de método, ni comprar apps, ni prometer milagros. Hace falta, sobre todo, bajar la fricción y dejar…
El final es la memoria del poema. El lector puede olvidar la mitad de las imágenes, pero se lleva el último golpe, el último objeto, la última respiración. Un cierre bueno no “explica” el poema: lo concentra. Esta guía te…
El verso libre no es “sin reglas”: es con respiración. La puntuación en poesía no está para aprobar exámenes, sino para marcar pausas, tensiones y caídas. Una coma a tiempo salva un verso; un punto mal puesto lo apaga. Esta…
Lo que se recuerda no es la idea: es la sensación. Cuando un poema se queda corto suele faltarle cuerpo: temperatura, olor, textura, peso, sonido. Esta guía te da un método sencillo para pasar de la abstracción a la imagen…
El encabalgamiento no es un truco: es una decisión rítmica y de sentido. Cortar el verso donde “no toca” puede crear tensión, ironía, doble lectura o simplemente respirar mejor. Pero si cortas a ciegas, el poema tropieza. Aquí tienes una…