Reciclar no es repetir: es mirar el mismo post desde cinco ventanas distintas. Con un método sencillo de 60 minutos puedes convertir tu artículo de esta semana en una newsletter, un audio de 90 segundos, un hilo, un carrusel y…
La primera pantalla decide si alguien se queda. No hace falta gritar ni prometer el oro; hace falta que, en los primeros 8–12 segundos, el lector entienda de qué va esto, por qué le sirve hoy y qué tono tendrá…
Mirar analítica no debería deprimir ni marear. No necesitas quince gráficos, cuatro embudos imposibles y un diccionario de siglas. Necesitas siete números que te digan si las personas llegan, leen, vuelven y hacen la acción pequeña que propones. Y después,…
La seguridad no debería asustar, debería dar tranquilidad. No va de convertirse en experto ni de vivir con paranoia; va de que, si mañana te equivocas de botón o alguien intenta entrar donde no debe, tu casa digital aguante el…
Investigar no es abrir cien pestañas: es responder bien a tres preguntas concretas sin perder la tarde. Con el método 3·3·30 —3 preguntas guía, 3 fuentes sólidas y 30 minutos— dejas tu post documentado, con citas claras y sin caer…
Escribir tu “Sobre mí” no va de contarlo todo, sino de contar lo que ayuda a confiar. La gente llega con una pregunta simple: “¿Quién eres, qué haces exactamente y cómo me ayudas?”. Si tu página responde eso con calma…
La publicación no es el momento de ponerse nervioso: es el momento de confirmar que el post respira bien en móvil, se entiende sin jerga y está acompañado por su alt-text, su extracto, sus enlaces y un cierre amable. Aquí…
Una imagen destacada no está para decorar: está para reconocer, recordar y abrir la puerta correcta. Si cada post parece de un blog distinto, pierdes tiempo y memoria de marca. En 60 minutos puedes dejar un sistema visual que se…
La mayoría de malentendidos por chat y email no vienen del contenido, sino del formato. Lo que para ti es “rápido” al otro le llega como seco; lo que crees obvio no tiene contexto; lo urgente no dice cuándo. Esta…
Las ideas no faltan: se escapan. Aparecen en la ducha, en la cola del pan o cuando por fin ibas a dormir. Lo que necesitamos no es “más inspiración”, sino una red sencilla para atraparlas en 10 segundos, guardarlas sin…