«Menos perfección, más páginas manchadas». ~ He repetido esa frase como un mantra desde que abrí este cuaderno digital en 2017, aunque confieso que durante demasiado tiempo la olvidé en un cajón.

El silencio que necesitaba para escucharme

Han pasado dieciocho meses desde que publiqué por última vez aquí, y como verás desde entonces la web ha estado desconectada, a veces desaparecida, pero nunca olvidada. Dieciocho meses en los que mi vida giró entre mi trabajo en IT, reportes de seguridad y la crianza de una niña que descubre el mundo a la misma velocidad a la que yo desinstalaba miedos.
El blog, mientras tanto, quedó congelado con ese brillo triste de los bares cerrados: luces apagadas, sillas sobre las mesas y un pequeño cartel que decía “volveré pronto”. El problema de la palabra «pronto» es que no ofrece ninguna fecha; pronto puede ser mañana o nunca.

Durante este paréntesis seguí escribiendo, pero mis textos se quedaron en libretas físicas y en archivos dispersos con nombres tan enigmáticos como inconexos. Descubrí que escribir sin compartir es como cocinar sin comensales: el plato existe, huele bien, pero nadie lo prueba y terminas preguntándote si aquello tenía sentido.

Por qué regreso (en tres latidos)

1. Porque la palabra exige testigos.
Un verso que no se lee muere de hipotermia. Necesita el calor de unos ojos ajenos para latir, para saltar de un pecho a otro. Este blog es mi sala de máquinas: aquí bombearé esos versos antes de que se enfríen.

2. Porque lo imperfecto es perfecto.
Las redes sociales son pisos de alquiler; cambian las normas sin preguntarte y un día puedes acabar en la calle del algoritmo. El blog, en cambio, es un hogar propio con goteras que acepto y molduras que pinto a mi gusto.

3. Porque te prometí un café pendiente.
Recibí correos que empezaban con “Ale, ¿todo bien?” y terminaban con “se te echa de menos”. Ese afecto ancla; devolverte palabras es mi forma de agradecerlo.

Lo que encontrarás cada semana

En este blog.
Destriparemos técnicas: cómo convertir una emoción en metáfora, cómo pulir un verso sin limarlo en exceso, cómo diseñar la estructura invisible de un poema largo, errores de novelista, rutinas, cómo funciono en mi día a día.

En mis Redes Sociales (YouTube, Instagram, TikTok).
Poesías, stories, reels, y mucho más de lo que nunca he publicado. Esto es un todo o nada. Además, muy pronto empezaremos con directos en TikTok para que puedas «escribir conmigo». ¿Te apuntas?

En mi Podcast.
Si, Trazos de Tinta vuelve – y con ello mis prosas semanalmente cada Jueves y pronto, muy pronto, con más invitados. Ya era hora, ¿no?

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Empezamos de nuevo, página en blanco, tinta sin piedad. Nos vemos el lunes.

© Escritura Sin Piedad — Alejandro González García, 2025

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