4 errores de ritmo que matan tu poema (y cómo salvarlo)
El ritmo es el pulso del poema; si falla, el lector llama a emergencias. Detecta estos cuatro errores letales y aplica el antídoto.
1. Sílabas vampiresas
Hay palabras compuestas que usamos a veces sin pensar que chupan una sílaba extra sin avisar. Cuenta en voz alta y pásales la estaca: divide o reformula.
2. Acento desplazado
Cuando terminas el verso con esdrújula, la mayoría de las veces provoca que se rompa la cadencia. Re-coloca la palabra clave o reorganiza el encabalgamiento.
3. Ritmo plano-cardíaco
Todos los versos con la misma métrica + acentos clónicos = línea plana. Introduce un verso más corto (o más largo) y revives el electrocardiograma.
4. Final en caída libre
Dos sílabas de más en el último verso y el poema resbala. Recorta o añade pausa tipográfica (—) para frenar. Te sorprenderías de lo que ayuda en la dicción.